BOLSA REALIDAD: GANAR EN NÚMEROS
ROJOS
Hemos
esperado al mes de marzo de 2012 para que el diario de la mentira económica por
excelencia, Expansión, titule su primera página con el sorprendente Existen productos que nos permiten ganar en una bolsa a la baja;
lo cual es una verdad como un templo, pero lo es desde tiempos inmemorables,
aunque leído así, en primera página, suena a novedad, a primicia, a bombazo.
Algunos
pensábamos que estas noticias no se publicaban por lo obvio de las mismas. Por
ejemplo: que lo que unos ganan en la bolsa lo pierden otros; o que en un
gráfico alcista se gana y se pierde del mismo modo que en el opuesto bajista.
Vamos, que el dinero no cae del cielo para todos cuando la bolsa sube ni se
evapora cuando cae en picado; en ambos casos unos pocos se forran mientras la
mayoría pierde dinero, siempre.
Tenía
razón Goebels, ministro de
propaganda de la Alemania nazi, al
afirmar que una mentira repetida hasta la saciedad se convierte en realidad en
la conciencia del pueblo, por muy absurda que sea dicha falacia. Así ocurre
cuando tratan de convencernos (y lo consiguen) de que la bolsa es el reflejo de
la economía de un país, o de que los beneficios de una empresa son los que mueven
al alza o a la baja el precio de sus acciones en bolsa. Ambas afirmaciones son
tan falsas que ni siquiera son verdades a medias.
A
finales de 2011 el gobierno de Zapatero
estuvo apunto de sacar las Loterías del
Estado al mercado bursátil y lo frenó alguien que le dijo a él, que no a
nosotros, que el indicador gráfico de la bolsa deviene claramente bajista por
lo que no es buen momento para sacar una gran tajada en dicha operación. Le
contaron la verdad. Pero este amago de apalancar la Primitiva nos viene de perlas para explicar por qué los resultados
empresariales no interfieren en el precio de las acciones expuestas a la bolsa.
El
dinero recaudado por la Bonoloto que
está destinado a premios viene medido por un porcentaje, independientemente de
la cantidad jugada por los españoles cada semana. Cuanto más dinero jugamos mayor
es la remuneración de los premios, los cuales dependen también del porcentaje
de aciertos. De cajón. Pues bien, si la dichosa Bonoloto sale a bolsa a un
precio, digamos que de 10 euros por título, y a la semana siguiente las
acciones caen un 50%, es decir, hasta 5 euros por acción, los premios a
repartir seguirán exactamente el mismo criterio que la semana anterior y que
antes de que el Estado sacara las Loterías a Bolsa. Del mismo modo, si las
acciones suben hasta los 1.500 euros, en plan Terra (¿se acuerdan?), no por ello los premios se incrementarán en
un 150%, sino que todo seguirá mandado por los mismos cánones.
Claro
que si, visto lo visto, optamos por seguir creyendo en el sacro consejo de los
directores de sucursales bancarias como si se tratara del cura del pueblo, nos
ocurrirá lo mismo que cuando continuamos confiando en los que nos han robado la
cartera tropecientas veces. Tenemos lo que merecemos.
Octavio
Capó Truyols Es
Mascle Ros
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