SECRETOS SEXUALES DE LOS POLÍTICOS
BALEARES
Tenía 12 años en la primavera de
1983. Acababa de apearse del autobús de la escuela en la avenida de Jaime III, por lo que deberían ser las
cinco y media de la tarde. Estaba a punto de enlazar con la calle San Jaime pero le distrajo la máquina
de helados del edificio Woolworth. De
pronto oyó un grito muy cercano e inmediatamente después un hombre joven que
vestía chaqueta vaquera y llevaba un bolso en la mano pasaba rozándole como una
exhalación, dejando un intenso calor en su hombro derecho. Un yonqui le había
dado el tirón a una anciana que lloraba desconsolada tendida en el suelo de
Jaime III, el toxicómano de la chaqueta vaquera y que entonces ya corría como
el demonio calle abajo. Acto seguido aparecieron de entre la multitud dos
chicos mayores, seguramente de C.O.U., que salieron disparados en persecución al
ladrón.
Valentí
Valent ya no se acordaba del cremoso helado de vainilla de Woolworth y
corrió también, tras los mayores. Por supuesto que Valentí no tenía intención
de intervenir, pero no quería perderse el espectáculo. El más alto y delgado de
los muchachos alargó un brazo y logró desequilibrar al yonqui justo en frente
de la juguetería Arlequín de la
calle Unión. El otro mayor, más bajo
pero muy corpulento, le atizó un puñetazo al heroinómano en la mandíbula, como
en las películas, aunque no sonó igual. Hasta el momento el espectáculo había
sido del agrado del jovencísimo Valentí: al día siguiente en el cole tendría
una buena anécdota que contar a sus compañeros.
Cada vez que el yonqui intentaba levantarse
recibía un puñetazo de uno o de ambos heroicos jóvenes. Luego decidió no tratar
de incorporarse más y optó – si es que tenía opción - por estarse quieto en el
suelo. Entonces llegaron las patadas. Fulano
y Mengano, ya con los puños
doloridos, descubrieron que no iban mal calzados y optaron – ellos sí tenían
opción – por emprenderla a patadas con el malogrado adicto a la heroína que
yacía en el suelo suplicando que pararan. A esas alturas Valentí también
suplicaba, paralizado y en silencio, como el resto de la multitud congregada.
De repente el yonqui dejó de gritar y de cubrirse el rostro, también sus
rodillas se alejaron del abdomen que protegían, y los dos justicieros pararon
de ajusticiar.
Valentí pensó que el yonqui había
muerto, así que se marchó a casa. Subiendo por fin la calle San Jaime trataba
de entender el espectáculo que había presenciado. La única mujer que no
temblaba había comentado al finalizar la paliza que “es més rabassut és es net de sa dona que han tomat!”, pero aun así
Valentí no lograba comprender el linchamiento. Lo peor era recordar por qué puñetas
estaba él ahí presente. Fue la primera vez que Valentí sintió un yugo de verdad
sobre su conciencia. Ahora ya no tenía nada que contar a sus compañeros, sino
algo para tratar de olvidar.
La
pregunta que me hago al recordar la anécdota del amigo Valentí es la siguiente,
¿qué le hubiera ocurrido al yonqui si, en lugar de robar, hubiera optado por la
“apropiación indebida” desde el despacho de una consellería, por ejemplo? Seguramente nada. Pero nada de nada. Es
más, podría haber malversado reiteradamente y pasear tan tranquilo por la calle
Jaime III o cualquier otra calle de nuestra ciudad con la cara bien alta,
camuflando su desgraciada adicción en un bonito traje de Armani. Porque la
clase política, al menos en Mallorca, mete la mano en los bolsos de las ancianas,
en las carteras de los adultos delante de sus narices e incluso le birlan la merienda
y la calefacción a los críos y no les ocurre nada: son inocentes hasta que se
demuestre lo contrario, se aferran a la presunción de inocencia, expresión que
ya nos hace pitar los oídos.
Según nos enseñaron, si un hombre
mata a otro resulta ser un asesino, tanto si se demuestra como si no. En caso
de que se demuestre el homicidio el asesino va a la cárcel, de lo contrario
queda en libertad y es “declarado” inocente o no culpable. Pero “es” culpable.
Un asesino anda suelto. Con la corrupción de la clase política ocurre algo
parecido, pero con un matiz añadido que no logro comprender. A pesar de las
evidencias de corrupción – todos sabemos que para legalizar el complejo de Son
Baco (a pesar del fracaso del Golf Sa Vinyola) se ha sobornado a la clase
política y probablemente ahora le reclamen el dinero de vuelta, así como el evidentísimo
palo de Can Domenge o que todo Palma comente desde hace años que Matas tiene un
pisazo en Madrid aunque esté a nombre de otro (si continuamos con los ejemplos no
acabaremos nunca)-, los ciudadanos no solamente no ponemos el grito en el
cielo, sino que seguimos votando a nuestro partido de turno e incluso presumiendo
(en lugar de avergonzarnos) de conocer a uno u otro politicucho y de haber
almorzado con él en alguna ocasión (!). ¡Qué ciego debía estar aquel pobre
yonqui!
Parece como si no fuéramos
conscientes de que el erario público nos pertenece. Parece que hemos olvidado
que vivimos en una democracia y que los políticos son ahora nuestros empleados:
trabajan para nosotros, o deberían. Qué ocurre cuando una y otra vez falta
dinero de la caja del restaurante y no se sabe quién ha sido y por lo tanto
nadie va a la cárcel: que el encargado y máximo responsable se va legítimamente
a la puta calle.
Nuestro voto no debiera otorgar Poder al político, sino Responsabilidad y Obligación. Pone los pelos de punta que una gobernante (véase Esperanza) eluda a las preguntas de un
periodista excusándose porque “hoy no me he puesto tacón” y nos lo tomemos a
cachondeo, no es un cuestionario de una revista del corazón, son preguntas legítimas
que los ciudadanos hacemos a través de la prensa y que deben ser contestadas
con una claridad religiosa. No se comprende que una multimillonaria y mafiosa a
gran escala salga de declarar lanzando besos al público como si fuera una
estrella de cine, se entendería en cambio que se hiciera el hara-kiri o que al
menos se le desparramara la cara de vergüenza, que no sabe lo que es.
Pero nosotros seguimos siendo “de derechas”
o “de izquierdas” como si se tratara de ser del Barça o del Madrid. ¿De
verdad creen que Jaime Matas es de
derechas (¡ojalá!), o que UM sabía
dónde está el centro o qué significa el nacionalismo que pregona (pregonaba)?
¿Podemos erradicar la corrupción política? Desde luego que no. Pero, ¿qué
ocurre cuando el pillaje a diestro y siniestro es tolerado por doquier? Ocurre
que multitud de empresas privadas competentes renuncian a presentarse a
concursos públicos a sabiendas de que está todo preadjudicado, amañado, quedando
las adjudicadas en una ventaja descomunal sobre una gran mayoría empresarial condenada
al ostracismo; ocurre que la obra pública se hace con el culo; ocurre también
que los opositores a una plaza de funcionario que se han partido los codos empollando
ven su plaza regalada a un hermanísimo, generalizando una sensación absoluta de
impotencia creada no sólo por la corrupción, sino por el beneplácito de una
sociedad que se burla de si misma sin saberlo. ¿Y nos preguntamos de dónde
viene la crisis? ¿De verdad alguien cree que con algunas caras nuevas en el
Govern algo ha cambiado? Por fin podré inaugurar mi chalecito de Ses Covetes.
Con ciudadanos como nosotros seguirá
habiendo corruptela por doquier.
P.D.:
sobre la vida íntima y sexual de los políticos baleares no sé absolutamente
nada.
O.C.T.
(con el consentimiento de Valentí Valent)
Tens tot sa raor cosi, avui he mirt el borsi d'interins, jo estic el nº1 350 i acepta plaza el nº 777 i el 1250. Are pensau lo que volgueu.
ResponderEliminarEs curioso que en España la división izquierda y derecha siga siendo todavía tan evidente (como Barça y Madrid). En Francia, por ejemplo, esta división según las estadísticas, carece cada vez más de sentido. ¿De verdad alguién se cree que algún político con despacho en la CAIB practicante del “politiquerío” sabe de realmente lo que significa ser de derechas o de izquierdas?... Como bien dices, ojalá!.. ¿de dónde viene la crisis?... de nuestra propia actitud…en gran medida… desde el siglo XVI sólo cuenta “lo que se puede contar”, ahí empiezan a desaparecer palabras como (coraje, honor, virtud, valentía)….somos la herencia de esta propia evolución, ¿realmente alguien cree que el sufragio universal, nos da pie a controlar la responsabilidad de los políticos a los que elegimos? Hubo uno por ahí que se atrevió a decir “el estado soy yo”, y mira como terminó. Pero una cosa es cierta, tampoco engañó a nadie. Ahora no, ahora tenemos un Estado de Derecho nos ampara un sistema democrático y una Constitución para que votemos a unos cuantos que durante cuatro años van a hacer lo que les de la real gana a nuestras espaldas, nos van acribillar a impuestos, nos van recortar, nos van negar cualquier tipo de ayudas, pero ellos de un modo o de otro meterán mano en la caja, se harán el chalet de nuevo rico o comprarán un piso en Madrid (distrito Prado o Salamanca) y después de dejarlo todo hecho unos zorros se irán a casa con un impresionante sueldo vitalicio que vamos a pagar los de siempre. Eso si, me dirán, ¡da gracias a que tienes un Estado de Derecho!, no seas malpensada no digas burradas y no cuestiones jamás los principios fundamentales que constituyen la base de ese estado. Que bien suenan todas esas palabras, derechos, principios, democracia, igualdad, y mientras tanto sus representantes, van practicando, el cohecho, malversación, desviación de poder, blanqueo de capitales… y los borregos de siempre en lugar de intentar luchar contra ese problema se preocuparan de: con quien se acuesta el alcalde, de si mañana o más bien hoy declara el yerno del Rey, o de si imputan o no a la Infanta de las narices. Posiblemente dentro de unos años vuelva a aparecer otra mafiosa del estilo de la de Costitx utilizando el coche oficial para ir a la peluquería o a comprar por el centro de Palma, y además sin disimular y alardeando, y sin ningún tipo de vergüenza porque desconoce su significado y los borregos de siempre seguirán preocupándose de si la final de la copa del Rey se juega en Madrid, en Barcelona o en Wembley.. País!
ResponderEliminarEstoy encantado por vuestros comentarios, pero todavía no me han insultado, lo cual indica que Es Mascle Ros está un poco verde. Habrá que dar caña de la buena. Sobre el comentario de una prma decirle que trataré de investigar cómo funciona el sistema actual i en parlarem.
ResponderEliminarEres un cabronazo!. Valga como insulto.
EliminarMe ha gustado mucho tu artículo, creo que debemos remover muchas más conciencias y activar nuestra crítica para cambiar las cosas. Si la sociedad actual es muy inmovilista no digamos la mallorquina, aunque últimamente veo en la juventud atisbos de cambio.
Gracias por lo de cabronazo. Un "hijo de puta" todavía no lo merezco, pero todo llegará.
ResponderEliminarOctavio, despues de leer este extraordinario articulo desearía que todos reflexionaramos sobre varias cuestiones:
ResponderEliminar-La politica debe ser una obción NUNCA convertirla en una profesión.
-Los mandatos de una misma persona no deben de ser más largos de ocho años.
-Las minorias no deben de suplantar la voluntat mayoritaria.
-Los politicos deben de responder penalmente ante cualquier derroche de dinero público.
-Cada politico debe tener un cargo, no me vale que uno sea Alcalde, Conseller,Presidente de su partido local y presidente del partido insular....ect...
-Listas abiertas, y que los partidos no vistan de democracia congresos de su propia formación dijitalizados.
Como veras muchas de estas cuestiones hoy dia no son constitucionales, por tanto veo muy necesaria la modificación de la constitución en este sentido y dar un paso mas
en nuestra democracia, da la impresión que nuestro sistema ha quedado amarrado en la etapa juvenil y nunca alcanzara la edad adulta.
Ante la imposibilidad legal de llevar adelante estas cuestiones, aquellos que si estamos en politica por pura voluntad y con ganas de servir a nuestro municipio debemos
de acometer las que SI están en nuestras manos.Un saludo.
Ante todo, gracias por leer. Estoy de acuerdo contigo si añadimos que el político debe asumir obligaciones y responsabilidades y no el poder. Este último no es otra cosa que la capacidad de infligir daño al prójimo, si se ejecuta, por tanto quien tenga el poder deberá contar con la habilidad de no ejecutarlo. Y, por supuesto, transparencia absoluta de las cuentas de cada ayuntamiento, autonomía y estado. Los ciudadanos tenemos derecho a saber cómo va nuestro negocio, nuestra empresa (país) y no a que se nos cuente de la misa la mitad. El gestor, dile presidente, es un mandado, nunca un cacique, por eso vivimos, supuestamente, en una democracia. Poset en contacte amb mi per fer birra a Montuiri. Saludos!!!
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