EL LEGADO SARIDAKIS
Al igual que hicieran otros ilustres,
como el Archiduque Luis Salvador o los escritores Camilo José Cela y Robert Graves, Ioannes Saridakis (Alejandría 1877 – Palma
1963) tomó la por entonces acertada decisión de fijar su residencia en
Mallorca. Corría el año 1923 cuando el pintor y coleccionista de arte de origen
griego, Juan de Saridakis, encargó al arquitecto Guillem Forteza i Pinya el proyecto del edificio de Marivent,
palacio de hermosa silueta que se construyó a velocidad de vértigo (dos años)
si lo comparamos con el ritmo de la actual obra del futuro(?) Palacio de
Congresos.
Deducimos que transcurrieron años
felices y de buen entendimiento con los isleños, puesto que el residente del
229 de la avenida Joan Miró, acordó
con su esposa Anunciación Marconi
Taffani, hacer donación de la residencia de Marivent y de su voluminosa
colección de arte al pueblo balear una vez hubiera fallecido el mecenas. Así
pues, el 25 de mayo de 1965, la viuda de Saridakis donó el edificio de
Marivent, su contenido y los terrenos colindantes a la Diputación Provincial de
Baleares con la condición de que la residencia Saridakis–Markoni fuera
destinada a museo para el disfrute gratuito del pueblo balear. Y así lo aceptó
y firmó el bueno del entonces presidente de la Diputación, Don Rafael Villalonga, acordando ante Ana
Markoni que “los bienes donados se destinarán a perpetuidad a los fines que se
indican en los estatutos de la Fundación Pública Provincial: la instalación de
un museo de arte provincial y servicios culturales y de enseñanza y
adiestramiento artístico complementario”.
Hasta ahora han quedado claras las
sanas intenciones de Ioannes Saridakis para con su amado pueblo balear. Pero
enseguida descubriremos por qué la realidad que vivimos dista años luz de los
deseos del pintor, que esperamos haya cesado de revolverse en su féretro. El
contrato de donación estipula que si la residencia Marivent no se destina al
uso deseado por el fallecido pintor y su esposa durante un período superior a
seis meses, el palacio será devuelto a su donante o a sus herederos. Pero
vayamos al artículo 4º del polémico papelito, que sentencia “también podrá
utilizarse el palacio para residencia del Jefe de Estado Español en las
ocasiones en que éste visite la provincia”. El Jefe en 1965 era y solo era Francisco Paulino Hermenegildo Teódulo Franco Bahamonde, Franco para
los amigos, que éramos todos, y siguió siendo el Jefe hasta 1975.
A pesar de todo lo pactado y firmado
por donantes y Diputación, en 1973, la propia Diputación Balear cedió la finca
Saridakis a los entonces Príncipes de España, Don Juan Carlos y Doña Sofía, que para nada eran el Jefe de estado
del dichoso artículo 4º, y muy a verlas venir por aquel entonces. Sin nada que reprochar
a tal decisión por parte del pueblo balear (un verdadero suicidio el haberlo
intentado por aquel entonces), el año chino del Búfalo, el año del estreno de Jesucristo
Superstar y el mismo en que voló Luis Carrero Blanco fue el inicio de la hasta
ahora interminable consecución de “veraneos a la madrileña” de nuestra amada
Familia Real, estíos baleares que no van a interrumpirse a menos que Doña Leticia ponga fin a esa tradición.
Las vacaciones que la cada vez más numerosa F.R.E. goza en el Palacio de
Marivent suelen tener una duración media de treinta días al año, y cuestan un
ojo de la cara que nosotros pagamos gustosamente, ¡faltaría!; el resto del año,
osease once meses, el Palacio debe permanecer cerrado a cal y canto por
evidentes motivos de seguridad, de Real seguridad. El Palacio de Saridakis
convertido en residencia veraniega Royal
lo hacía, pues, incompatible con el uso de museo y goce de medio millón de
baleares ansiosos de arte, a pesar de lo cual sus majestades no han renunciado
jamás a este privilegio ni optado en su lugar por el palacio de La Almudaina.
En 1978 alguien se percató de tal
incompatibilidad, la cual se le escapó a nuestro amado Ioannes. Fue José Carlos Herrmann Marconi, hijo de
Ana Marconi y heredero de Saridakis en caso de que el palacio no fuera
destinado a museo durante un período superior a seis meses, quien puso el grito
en el cielo reclamando las 1.300 obras de arte, los 2.000 volúmenes de la
biblioteca y el centenar de valiosísimos muebles que contenía el edificio del
pintor, demandando a la Comunidad Autónoma de las Islas Baleares y al Patronato
de la Fundación Museo de Arte Saridakis, patronato ficticio responsable en gran
medida de que dicho museo no existiera, como si el fantasma del pequeño Undargarín ya anduviera por Cala Mayor.
Finalmente Herrmannn Marconi se salió con la suya y se llevó la fortuna e hizo
con ella lo que le vino en gana. No sin antes negociarlo – tipo listo el tal
Herrmann –, renunció a la residencia Marivent para que el Rey la disfrutara.
Diez años más tarde el Tribunal
Supremo desestimaba recurso interpuesto por la Comunidad Autónoma, derrota a la
que el entonces Vicepresidente ejecutivo, Don Juan Huguet i Rotger, resta importancia alegando que “los supuestos
3.000 millones de pesetas en que están valoradas las obras de arte no superan
en realidad los cuarenta millones, ya que los Picasso, Goya, Sorolla y De La Croix, entre muchos otros, de la colección Saridakis son de
dudosa autenticidad”. En conclusión, que el señor Huguet estaba gastando dinero
del contribuyente para recuperar una colección de falsificaciones, que el amigo
Saridakis era realmente un impostor y que el Rey veranea en el Palacio de un fantasma,
en lugar de pasar el agosto en La Almudaina, que no es otra cosa que el real Palacio
Real. Todo ello se deduce de las declaraciones del señor Huguet una vez perdido
el recurso, pero nosotros nos hemos ido acostumbrando al mal perder de los
políticos y sus consiguientes pataleos. Lo que también deducimos es que si todo
hubiera sido una estratagema urdida por el tal Herrmann, quien logró apoderarse
de una fortuna predestinada a ser exhibida en un museo (en cuyo caso no hubiera
habido manera de sacarle tajada), mucho le favoreció el hecho de que su
majestad se encaprichara de la arquitectura de Guillem Forteza i Pinya y del privilegiado
paraje que rodea Marivent.
EL PUEBLO MALLORQUÍN AGRADECIDO
Tanto que le dedicamos una calle a
nuestro espléndido pintor. Antes Calle Juan de Saridakis, ahora rebautizada Carrer Saridakis (Pintor
1877-1963) por lo de la memoria histórica, tiene su inicio dando la espalda
precisamente al 229 de Joan Miró, donde recordemos se ubica el Palacio más
hermético que todos debiéramos visitar, y luego es todo cuesta arriba.
Flanqueada por dos restaurantes que
habrán cambiado de nombre cuando usted lea este artículo, una pronunciada
pendiente le abre un mundo realmente singular en cuanto a arquitectura se
refiere. El nº 8 del Carrer Saridakis
ya pone los pelos de punta; lo salva su número, el ocho, gran número. Un poco
más arriba y al otro lado de la calle encontramos una casa que haría de la isla
un verdadero paraíso si todas se le pareciesen un poco, es el número 5.
Continuamos jadeando cuesta arriba torciendo la vista a la derecha y, si es
nuestra primera vez, posiblemente se nos pare el corazón: son los Pullman. ¿Qué
decir de los Pullman? Pues que gozan de inmejorables vistas al mar, una piscina
que en ocasiones incluso está llena y aparcamiento para dos coches. Si está
interesado, hay varios vecinos que tienen los arrestos de colgar el cartel de “Se
Vende” en sus balcones. También los alquilan, y me temo que en verano no alojen
a los miembros de la Guardia Real (esos que olvidan que los etarras prefieren el transporte
público a ir en automóvil). Uno llega a preguntarse por qué el arquitecto y el
promotor de estas edificaciones no fueron sentenciados a vivir en los Pullman
de por vida, ellos y sus herederos. Es tal el espectáculo que incluso olvidamos que al otro lado se erigen
los edificios Impala I, II, III, IV, V …
Pero continuemos jadeando.
¡Reventemos el hígado, qué puñetas! Solo un poquito pendiente arriba vale la
pena hacer una parada en la Fundación Pilar i Joan Miró, antes de que sus
nietos dilapiden lo poco que queda para la contemplación del visitante. De
pronto vamos recobrando el aliento y cruzamos el puente de la autopista de
Andratx. No mire abajo y, sobretodo no olvide olvidar los Pullman cuando cruza
este puente, podría causar un accidente en cadena. Finalmente encontramos una
serie de esos hermosos chalets que ansía todo mallorquín y que tantos
sacrificios cuestan a Mallorca. Ahí, al final de la Calle Saridakis ya es más
probable que encuentre la vivienda del promotor de los Pullman o los Impala.
Finalmente la calle dedicada al pintor egipcio desemboca en Carrer Francesc Vidal i Sureda, siendo
su última edificación un restaurante que tampoco se traspasa ni se vende porque
no hay manera, el Samantha’s (antes Saridakis, como Marivent).
Octavio Capó i Truyols
Ostia, que bó.
ResponderEliminarRepasando el artículo 4ª del contrato de cesión, no deberían estar allí. Pero también este tema tiene muchos matices. Me ha gustado mucho que hayas puesto ese título de Príncipes de España … ¿a qué no lo has vuelto a oir?.
ResponderEliminarRepasemos: hasta el 75 no hay más Jefe del Estado que el Caudillo. Franco instauró que no restauró la monarquía, por decirlo de alguna manera, se sacó de la manga su propia monarquía, con la Ley para la Sucesión en la Jefatura del Estado de 1947. Posteriormente, seguro que ya lo sabes, pero es para ir situándonos, (si me dejo algo me rectificas, siempre estoy dispuesta a aprender) se negocia en agosto de 1948 y a bordo del Azor con D. Juan de Borbon la sucesión en la Jefatura del Estado de Juan Carlos de Borbón a “titulo de rey”, algo que al soberano actual nunca le ha gustado
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAun así pienso que el Rey tiene mucho que agradecer al hecho de que, y esta ya es una opinión a título personal, Franco era monárquico en lo más profundo de su alma. La Ley de Sucesión en la Jefatura del Estado se elaboró saltándose el orden sucesorio dinástico, y aquí ya nos metemos en un tema complicado, y a la vez , para algunos, entre los que me incluyo como una humilde aprendiz, apasionante, enrevesado, ademas de pobre en fuentes; el derecho dinástico. Con respecto a la nomenclatura (yo no me atrevo a llamarle título ni dignidad) de “Príncipes de España,” se mantuvo por un espacio de tiempo, hasta que D. Juan de Borbón y Battenberg en 1977 (después de unos cuantos disgustos personales y familiares a los que debemos añadir unos cuantos improperios pronunciados en contra del Caudillo en buen castellano) decide, razonable e inteligentemente, renunciar a sus derechos y ceder la Jefatura de la Casa de Borbón en su hijo Juan Carlos de Borbón y Borbón hasta ese momento “Principe de España”. Durante esa etapa, posterior al fallecimiento del Caudillo y previa a la renuncia de D. Juan, el Rey D. Juan Carlos de alguna forma era rey legal para el derecho común, pero no legítimo
ResponderEliminarEs decir legalmente era Rey, pero legítimamente no : para el derecho dinástico, no era absolutamente nada, no pudiendo utilizar ni él ni nadie de la familia las dignidades de Príncipe de Asturias o Infantes/as de España, y mucho menos de Rey. Por lo tanto no era Jefe del Estado en el momento de la firma del contrato de cesión de Marivent. Fíjate en el detalle, ni siquiera Franco, que guste o no guste mandaba y mucho, pudo saltarse el orden sucesorio dinástico. En resumen a lo que quiero ir: de haberse impugnado la cesión fundamentándose en ese artículo 4º, algo que no se ha hecho por lo que puedo leer en tu artículo, (veo que la pugna se ha basado más en el tema de las obras de arte) si es que lo he interpretado bien, pienso que todo hubiera dependido de la ideología del jurista que interprete el artículo 4ª del contrato de cesión: Si es Constitucionalista, (lo son la gran mayoría, para que nos vamos a engañar) te dirá que a patir de la Constitución de 1978 todo lo demás es papel mojado, y el que Rey que tenemos es el que tiene que estar en palacio. Si es Legitimista, lo saca a patadas de Marivent, y de Zarzuela esgrimiendo en su defensa que ni siquiera el soberano actual tiene derecho a sentarse en el trono y para poder reflexionar sobre eso ya nos tenemos que ir a la Pragmática Sanción de Carlos III de 1776, sobre matrimonios desiguales en la Corona de España, pero me da miedo que todo el mundo empiece a bostezar. Aun quedan Juanistas (partidarios de D. Juan de Borbón padre) pero imáginate la edad tan avanzada que deben tener. Así que aquí me paro. En el fondo pienso que el Caudillo a través de la Ley de 1947 puso mucho de su parte para que se quedara en Marivent. Con respecto a que deberían veranear en la Almudaina estoy totalmente de acuerdo contigo, ese es el Palacio Real y Real sitio de España. Y en un futuro…. a saber que va a pasar, con una “futura reina” que ni siquiera sabe escribir correctamente su nombre y habla de “romper tradiciones” viviendo en y de una institución que si tiene algún sentido es gracias a ellas.
ResponderEliminarLo de los Pullman e Impala, I II, te ha quedado fenomenal, tienen su dignidad regia, aunque sólo sea en el título, desde luego con el aspecto destrozan la del pintor. Es un auténtico despropósito toda esa zona.
ResponderEliminarYo hubiera preferido disfrutar de Marivent como museo, y podernos asomar a esa espléndida terraza.
Me he dejado el manifiesto de Estoril, (el derecho a la pataleta de D. Juan) pero no quiero alargarme ya me he enrollado demasiado, eso es lo que pasa cuando a una no la escuchan en casa cuando habla de estos
Besazos.
En primer lugar, Laura, quiero agradecerte el interés que has puesto leyendo el artículo, vistos los comentarios. Y vistos los comentarios debo reconocer que, salvo lo que investigué y expuse en el artículo, tengo muy poca idea de la legitimidad del rey o la de Franco para otorgársela. Lo que traté de transmitir - y ahora insisto en ello - es en el hecho de que la voluntad de una donación al pueblo balear (en este caso la de Saridakis convenida con su esposa) fue del todo imposible por capricho regio (por llamarlo de alguna manera) y por la conformidad de nuestros gobernantes, los de antes y los de después de la dictadura. No opino sobre el Rey, ni sobre si debería pasar aquí las vacaciones, ni si su majestad sabe lo que son vacaciones o si las necesita. Lo que es cierto es que Don Juan Carlos conoce los designios de su abnegado anfitrión y que jamás ha hecho siquiera un guiño a dejarlos realizar. Sino todo lo contrario: ni siquiera ha dado las gracias: pero qué cabe esperar de quien toma todo lo que se le antoja como un niño de papá. Es importante pues, que nos demos cuenta del respeto que le merecemos los ciudadanos a nuestro inmaculado, adorado, idolatrado y amadísimo rey. Por último, en nada puedo discrepar contigo salvo en ese sentimiento "profundamente monárquico" que le atribuyes a Franco. Yo creo que Franco era profundamente franquista, y que después de muerto, el mejor legado con que podía fastidiar a sus enemigos (que lo era hasta el más facha) era la monarquía.
ResponderEliminarConformidad no solo de nuestros gobernantes, conformidad del pueblo balear, que a todo decimos amen con tal de no alzar nunca la voz y de no llamar la atención y así nos va. "Conociendo los designios de su abnegado anfitrión y que jamás ha hecho siguiera un guiño para dejarlos realizar": no Octavio, la FR española no es precisamente la corte del Rey Arturo, en eso estoy completamente de acuerdo contigo. Insisto en que Franco en el fondo de su alma era profundamente monárquico; militar, beato y monárquico. Es más, si trescientos años antes hubiera ganado una guerra se hubiera coronado rey. ¿Mejor legado para fastidiar a sus enemigos un rey constitucional? ¿Por qué no otro general?
ResponderEliminarHomo, si era monàrquic que va fer de rey devers 1.000 anys!!! (ja sé que no eren tants, parò ho pareixien)
ResponderEliminarEnhorabona Octavio: interessant i divertic, que no és poc.
Gràcies, Antònia. Per mi tu no ho ets gaire monàrquica, però divertida i interessant a voler. En Es Mascle Ros estam molt contents de tenir-vos a tu i en Toni de lectors. Refrent a Franco, aquest diven que és mort però de cap manera ho és el franquisme. Quina pena.
ResponderEliminarNecesito ponerme en contacto con el Sr. Octavio mi mail es oooswing600@hotmail.com, estoy escribiendo un libro en el que hay una breve historia del Palacio de -marivent y quisiera contrastar datos.
ResponderEliminarMª Rosa
soy descendiente del primer marido de laura mounier de matias granja, esta al facllecer matias se caso con saridakis y con la herencia cobrada construyeron el palacio marivent. mail oooswing600@hotmail.com
ResponderEliminarParte de la fortuna de Saridakis cuando murio Laura fue a parara a manos de la nieta de Laura Mounierm, esta interpuso una demanda a Saridakis recklamando la herencia y sus bienes. El juicio se celebro en Paris y cobro una gran fortuna. Busquen qbusquen datos y sabran quien fue Laura Mounier, un culebron de ordago.
ResponderEliminarmi nombre es conchi yo naci en marivent mi padre era el jardinero cuando vivia don juan saridakis don juan nos pinto a mi hermana y a mi me gustaria sabes si esos cuadros alguien sabe por donde estar solo me gustaria verlos siempre asido esa ilusion de saber que paso con los cuadros les agradeceria si alguien me pudiera dar alguna informacion gracias
ResponderEliminarhola soy conchi hayer mande un mensaje mi correo es cmerchantearmijo8@gmail.com les agradeceria si alguien sabe donde localizar los cuadros gracias
ResponderEliminar