LA BOLSA Y LA MADRE
QUE LA PARIÓ
(Gallardón no la permitió abortar, a
pesar de que los expertos sabían que iba a nacer un verdadero monstruo)
El funcionamiento de la bolsa es tanto o más
fácil de entender que el juego del “tres en raya”. La labor del gobierno
consiste en hacernos creer que la bolsa es tan compleja como una partida de
ajedrez simultanea; por ejemplo, empezando por lograr que todo el mundo hable
de “los mercados” cuando solamente existe “un” mercado. Nosotros nos creemos la
versión del gobierno gracias a la caja lista específica para tontos, de la cual
estamos todo el día pendientes. El lunes 23, la Comisión Nacional del Mercado de Valores vetó las operaciones
“cortas” en la bolsa, es decir, las apuestas a la baja. Por la noche, los reporteros
radiofónicos se devanaban los sesos tratando de explicar en qué consiste “abrir
un corto”. No lo lograron. Ustedes lo conseguirán, sin apenas esfuerzo,
siguiendo el viejo pero eficaz truco de la lectura. El siguiente párrafo
contiene un ejemplo que hará que su mente logre comprender qué es abrir un
corto o un largo, por mucho que usted oponga resistencia.
Colocamos
dos coches del mismo modelo sobre una pista ovalada de Scalextric, uno junto al otro y en la parrilla de salida. ¿Se
entiende? Un coche será de color rojo y el otro azul,
simplemente para distinguirlos. Al sonar la campana dará inicio una carrera de
mil vueltas al circuito ovalado, a la que usted prestará toda su atención. ¡Qué
aburrimiento! Démosle una solución al tedio: una vez iniciada la competición
usted apostará por uno u otro coche, incluso podrá invertir su apuesta en mitad
de carrera, dependiendo de cómo juzgue el comportamiento de ambos bólidos,
ahora el azul, ahora el rojo. Es evidente que si usted apuesta a favor del rojo
está a la vez apostando en contra del azul, y viceversa. Más claro, agua, así
que vamos a simplificarlo todavía más. Todas las apuestas se centrarán en el
coche rojo: si usted cree que éste va a ganar abrirá una posición “larga” sobre
el rojo, pero si quiere apostar a favor del coche azul deberá abrir un “corto”
sobre el rojo. ¿Verdad que me siguen?
¡¡¡DONG!!!
Los bólidos salen disparados y ya hacen derrapar sus ruedas sobre la pista.
Apenas han transcurrido unas vueltas y el coche Azul aventaja ligeramente al Rojo,
así que usted, que ya ve al Azul ganador, abre un corto sobre el Rojo. Por cada
vuelta que el Azul aventaje al Rojo ganará usted un euro o, lo que es lo mismo,
por cada vuelta que el Rojo pierda con respecto al Azul, ganará usted un euro.
Obviamente, a estas alturas de la carrera, cuando el Azul ya le saca diez
vueltas al Rojo, los desafortunados que abrieron “largos” (siempre sobre el
coche Rojo) ya están perdiendo diez euros, los mismos que usted está ganando.
De pronto el bólido Rojo empieza a acelerar con fuerza y el Azul va perdiendo
unas vueltas de ventaja, el Rojo sigue dando gas y el Azul no reacciona, así
que usted decide cerrar su “corto” y abrir un “largo”. Ahora está apostando a
favor del bólido Rojo, que a pesar de ir perdiendo va recuperando posiciones.
En la misma sala donde usted se encuentra hay otros muchos apostadores que,
siguiendo cada uno su propio criterio, habrán apostado “cortos” o “largos”
durante el transcurso de las mil vueltas que ha durado la carrera. Algunos han
ido cambiando sus posturas con más frecuencia dependiendo del comportamiento de
cada vehículo, mientras que otros se habrán obstinado en una sola apuesta por
la razón que sea, tal vez una simple superstición. ¿Quién habrá ganado?
Evidentemente aquellos que hayan acertado durante más vueltas el
comportamiento, bueno o malo, del coche Rojo. Si, por ejemplo, usted ha
mantenido un “corto” hasta el final y el coche Azul ha ganado al Rojo por
cincuenta vueltas de ventaja, se habrá embolsado 50€. Recordemos que las
posiciones “cortas” y “largas” se referían siempre al resultado del coche Rojo
con respecto al Azul.
Si
no ha logrado comprenderlo, no desespere. Léalo de nuevo o déselo a su hijo y
deje que se lo explique con sus palabras. Nosotros estamos tan atiborrados de
trolas que hasta nos resulta dificilísimo comprender algo tan sencillo. De
momento, es suficiente que le quede claro que la bolsa es una carrera de
galgos, o de trotones, o una competición de Scaléxtric. Es un juego donde se debe
acertar entre sólo dos tendencias: arriba (largos) y abajo (cortos). ¿Guardan
en casa los vídeos de Barrio Sésamo?
Si sabe cuál de los dos es usted, ha comprendido la explicación . |
Hace
un año usted y yo teníamos cero acciones de Bankia, decidimos juntar un aval y vendimos 1.000 acciones de dicha
entidad. Éramos pues, dueños de -1.000 acciones de un banco que cotizaba a unos
10€ la acción. Transcurrió un año y tuvimos tanta suerte que nuestras -1.000
acciones llegaron a valer sólo 0,60€ cada una, así que compramos las 1.000
acciones y nos quedamos otra vez a cero, fuera del mercado, pero con un beneficio
de 9,40€ la acción, o lo que es lo mismo, 4.700 € por barba de ganancia. Esta
operación la realizamos usted y yo a la baja, abriendo “cortos”, porque nuestro
criterio nos decía que la bolsa iba a caer, en oposición a muchos que opinaban
lo contrario y realizaron la apuesta inversa, abrieron “largos”. Unos y otros
estábamos especulando en igualdad de condiciones, que es para lo que sirve este
juego legalizado y regido por el Estado.
Imagine
ahora que el coche Rojo de Scalextric es el suyo y que su amiguito Felipe le ha invitado a pasar la tarde
en su casa. El coche azul es de Felipe, el scaléxtric también y además están
los dos en la habitación de Felipe, que es un mimado y un malcriado, pero es su
amigo. Su bólido Rojo le está dando una paliza al Azul de Felipe y éste se
agarra un cabreo de aúpa, así que le prohíbe adelantarle si no quiere que se
termine la partida y marcharse a su casa por donde ha venido. Exactamente esto
es lo que ha hecho la CNMV, algo así
como “el balón es mío y mando yo, así que
voy a poner a tres guardametas en mi portería, si no te gusta te vas a jugar a
la comba con las niñas”. Eso, y nada más.
Octavio
Capó Truyols Es Mascle Ros
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