lunes, 7 de mayo de 2012


BALEARES INTERVENIDA: NUESTRA SALVACIÓN



¿Qué significa que una Comunidad Autónoma vaya a ser intervenida?


Si la Ley de Estabilidad Presupuestaria hubiese entrado en vigor hace diez años, Jaume Matas no se habría presentado a las elecciones: ¿para qué? Probablemente tampoco habría hecho campaña Antich y, desde luego, no sabríamos nada de una tal María Antonia Munar. La ley, vigorizada el 1 de mayo, limita el endeudamiento autonómico en base a nuestro presupuesto o, para que nos entendamos todos, obliga a los políticos a echar mano de la calculadora antes de emitir un sonoro y rotundo “hágase”.

Aspirar a ganar las últimas elecciones autonómicas, tal y como se presentaba el panorama, requería un espíritu altruista sin precedentes. El equipo capitaneado por Bauzá se metió en un berenjenal, comparable al que se encontró Vicente Ferrer cuando inició su andadura humanitaria en Anantapur (India). Este último logró tras cincuenta años de absoluta entrega la nominación al Nobel de la Paz. Veremos si los éxitos de Bauzá le otorgan similares galardones.

Baleares debe presentar unas cuentas cuyo déficit no exceda del 1’5%, lo cual no resulta embarazoso, sino imposible, salvo que se tomen una serie de medidas que provocarían un levantamiento popular en cualquier sociedad con un mínimo de amor propio. Bauzá y sus adláteres deben lograr la nota del 1’5% que les exige el gobierno central si no quiere que éste les mande a los temidos Hombres de Negro del ministerio de Hacienda a realizar sus labores de estricta auditoría.

La sucesión de recortes a toda velocidad no tiene otro objetivo que el de evitar la intervención del ministerio de Hacienda, lo cual pondría en serias dificultades, si no anularía, la consecución de los reales objetivos de nuestro equipo de gobierno, objetivos que son muy suyos  y sospecho nada tienen que ver con nosotros.

"Llénelo que ni me entero" (el depósito)
El equipo de Bauzá deberá, pues, reducir al mínimo un déficit que se encuentra por las nubes. Para ello podría haber optado por ajustar los cinturones más holgados, es decir, recurrir a las economías insulares multimillonarias y exigirles un sacrificio excepcional para un caso de excepción, pero ello hubiera supuesto herir el orgullo de la mano que les da ración doble y un puesto de trabajo en caso de sufrir una debacle electoral. Además, condicionar los recortes a la renta de cada ciudadano hubiera supuesto un sacrificio inaceptable para nuestra clase política: poner a trabajar ambos hemisferios de su cerebro. La opción elegida ha sido la que ninguno de nuestros gobernantes sufrirá en sus carnes de ciudadano: recortes en educación y sanidad hasta la saciedad, despidos de funcionarios no afiliados al PP, aumento de horas con disminución de salarios, equiparar la gasolina al precio del oro, y un sinfín de recortes que afectarán a todos salvo a aquellos cuyos hijos estudien en Suiza, llenen el depósito de un Lamborguini y se vacunen de la gripe en la clínica de los hermanos Mayo. José Ramón Bauzá nos ha demostrado hasta dónde está dispuesto a sacrificarnos, con tal de no sufrir una intervención de nuestra autonomía, que tanto nos beneficiaría al pueblo como le perjudicaría a él.

En caso de no lograr el déficit del 1’5% exigido, la Ley de Estabilidad Presupuestaria otorga autoridad al ministerio de Hacienda para enviar a nuestras islas un grupo de expertos (súper inspectores de hacienda) que elaborará un plan de trabajo a seguir a pies juntillas por nuestro president y consellers, que trabajarán bajo la tutoría y supervisión del mencionado equipo de inspectores de hacienda de élite, los cuales no saben lo que es un gin-tònic y mucho menos un table dance: el acabose. ¿Se imaginan a uno de esos hombres de negro al lado de cada conseller en las reuniones con promotores cuyos proyectos requieren de la recalificación de terrenos?, ¿o en las mesas donde debe decidirse la adjudicación de un palacio de congresos sujeto a concurso?, ¿o a los opositores a una plaza de funcionario examinándose con la tranquilidad que da saber que sus exámenes de acceso están bien custodiados? ¿Imaginan a cada coche oficial con tres ocupantes: chofer, conseller y don Ojo Avizor?

Yo no les llamaría Hombres de Negro, sino Ángeles de nuestra Guarda. Dulces compañeros.




Octavio Capó Truyols                                          Es Mascle Ros

2 comentarios:

  1. Me ha dicho un pajarito que la posible intervención les tiene totalmente aterrorizados.
    Todos menos el Sr. Delgado, que para eso tiene una novia que "optimiza recursos". Ayyy Mascle, si es que no nos damos cuenta y en el Consell lo que tenemos son verdaderos tecnócratas, lo que pasa es que no sabemos valorarlos.

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  2. Personalmente, Laura, debo advertir que me está dando un ataque de reciprocidad (y creo que no soy el único, es decir, de actuar, con el mismo respeto que nos tienen ellos a nosotros, y con un poco más de inteligencia, si puede ser.

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