BALEARES
INTERVENIDA: NUESTRA SALVACIÓN
¿Qué significa que una Comunidad
Autónoma vaya a ser intervenida?
Si
la Ley de Estabilidad Presupuestaria hubiese entrado en vigor hace diez años, Jaume
Matas no se habría presentado a las elecciones: ¿para qué? Probablemente
tampoco habría hecho campaña Antich y, desde luego, no sabríamos nada de una
tal María Antonia Munar. La ley, vigorizada el 1 de mayo, limita el
endeudamiento autonómico en base a nuestro presupuesto o, para que nos
entendamos todos, obliga a los políticos a echar mano de la calculadora antes
de emitir un sonoro y rotundo “hágase”.
Aspirar
a ganar las últimas elecciones autonómicas, tal y como se presentaba el
panorama, requería un espíritu altruista sin precedentes. El equipo capitaneado
por Bauzá se metió en un berenjenal, comparable al que se encontró Vicente
Ferrer cuando inició su andadura humanitaria en Anantapur (India). Este último
logró tras cincuenta años de absoluta entrega la nominación al Nobel de la Paz.
Veremos si los éxitos de Bauzá le otorgan similares galardones.
Baleares
debe presentar unas cuentas cuyo déficit no exceda del 1’5%, lo cual no resulta
embarazoso, sino imposible, salvo que se tomen una serie de medidas que
provocarían un levantamiento popular en cualquier sociedad con un mínimo de
amor propio. Bauzá y sus adláteres
deben lograr la nota del 1’5% que les exige el gobierno central si no quiere que
éste les mande a los temidos Hombres de Negro del ministerio de Hacienda a
realizar sus labores de estricta auditoría.
La
sucesión de recortes a toda velocidad no tiene otro objetivo que el de evitar
la intervención del ministerio de Hacienda, lo cual pondría en serias
dificultades, si no anularía, la consecución de los reales objetivos de nuestro
equipo de gobierno, objetivos que son muy suyos
y sospecho nada tienen que ver con nosotros.
"Llénelo que ni me entero" (el depósito) |
El
equipo de Bauzá deberá, pues, reducir al mínimo un déficit que se encuentra por
las nubes. Para ello podría haber optado por ajustar los cinturones más
holgados, es decir, recurrir a las economías insulares multimillonarias y
exigirles un sacrificio excepcional para un caso de excepción, pero ello hubiera
supuesto herir el orgullo de la mano que les da ración doble y un puesto de
trabajo en caso de sufrir una debacle electoral. Además, condicionar los
recortes a la renta de cada ciudadano hubiera supuesto un sacrificio
inaceptable para nuestra clase política: poner a trabajar ambos hemisferios de
su cerebro. La opción elegida ha sido la que ninguno de nuestros gobernantes
sufrirá en sus carnes de ciudadano: recortes en educación y sanidad hasta la
saciedad, despidos de funcionarios no afiliados al PP, aumento de horas con
disminución de salarios, equiparar la gasolina al precio del oro, y un sinfín
de recortes que afectarán a todos salvo a aquellos cuyos hijos estudien en Suiza,
llenen el depósito de un Lamborguini y se vacunen de la gripe en la clínica de
los hermanos Mayo. José Ramón Bauzá nos ha demostrado hasta dónde está
dispuesto a sacrificarnos, con tal de no sufrir una intervención de nuestra
autonomía, que tanto nos beneficiaría al pueblo como le perjudicaría a él.
En
caso de no lograr el déficit del 1’5% exigido, la Ley de Estabilidad Presupuestaria
otorga autoridad al ministerio de Hacienda para enviar a nuestras islas un grupo
de expertos (súper inspectores de hacienda) que elaborará un plan de trabajo a
seguir a pies juntillas por nuestro president y consellers, que trabajarán bajo
la tutoría y supervisión del mencionado equipo de inspectores de hacienda de
élite, los cuales no saben lo que es un gin-tònic
y mucho menos un table dance: el
acabose. ¿Se imaginan a uno de esos hombres de negro al lado de cada conseller
en las reuniones con promotores cuyos proyectos requieren de la recalificación
de terrenos?, ¿o en las mesas donde debe decidirse la adjudicación de un
palacio de congresos sujeto a concurso?, ¿o a los opositores a una plaza de
funcionario examinándose con la tranquilidad que da saber que sus exámenes de
acceso están bien custodiados? ¿Imaginan a cada coche oficial con tres
ocupantes: chofer, conseller y don Ojo Avizor?
Yo
no les llamaría Hombres de Negro, sino Ángeles de nuestra Guarda. Dulces
compañeros.
Octavio
Capó Truyols Es Mascle Ros
Me ha dicho un pajarito que la posible intervención les tiene totalmente aterrorizados.
ResponderEliminarTodos menos el Sr. Delgado, que para eso tiene una novia que "optimiza recursos". Ayyy Mascle, si es que no nos damos cuenta y en el Consell lo que tenemos son verdaderos tecnócratas, lo que pasa es que no sabemos valorarlos.
Personalmente, Laura, debo advertir que me está dando un ataque de reciprocidad (y creo que no soy el único, es decir, de actuar, con el mismo respeto que nos tienen ellos a nosotros, y con un poco más de inteligencia, si puede ser.
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