JOSEP RAMON BAUÇÀ
“¡Existo!¡Soy real!¡No soy solo la
broma pesada de una calavera de mediana edad!¡Como… todos los días!¡Crezco… y
que alguien intente pararme!¡Ocupo espacio en esta tierra… y me haré oír!¡Y
conoceréis mi nombre!”
Todo un hombre, de Tom
Wolfe
Sé
mejor que nadie cómo te sientes. Desde mi más tierna infancia me han llamado de
cualquier forma menos por mi nombre. Claudio,
Horacio, Calígula, Augusto, Séptimo, Novenio, Fill de puta y otros apodos han
llegado a mis oídos antes que mi nombre de pila, y en todos los casos he
respondido, salvo cuando escucho un silbido en plena calle. Yo no soy un perro.
Durante
la adolescencia traté de corregir a todos aquellos que me llamaban de forma
equivocada. Tenía tiempo. Tú no tienes tiempo, amigo Josep Ramon, puesto que
debes prestar atención a tus deberes para con la patria antes que perder la
cosecha con nimiedades. Creo, pues, que lo mejor será que tú aprendas a
pronunciar correctamente tu nombre: Josep
Ramon Bauçà. Te echaré una mano y nada me deberás. Verás que fácil resulta.
Empecemos
por tu nombre de pila. A pesar de compartirlo con relevantes personajes
históricos (Stalin, Goebels, Aznar), no es un nombre de uso típicamente mallorquín, sino que suena
más bien a catalán (“Jusep”). ¿Qué te parecería Pep? “Uep, Pep!, com anam?”
suena a terra nostra, es pura
musicalidad mediterránea. En cuanto a Ramon le hemos quitado la tilde y nadie
se ha enterado. Ya hemos dado el primer paso, tenemos Pep - piensa que
contiene las siglas de tu partido y en medio la e de España, ahora que caigo – por un lado, y Ramon a continuación. No
está nada mal.
Siguiente
paso. ¿Queremos un nombre compuesto o lo preferimos simple? Es típico de Manacor, por ejemplo, usar dos nombres
de pila y que suenen como uno solo. En Manacor hay un montón de Aina Maries, Toni Juans, Antònia
Bárbares y un sinfín de composiciones más o menos acertadas. Si me permites
referirme a mi, de nuevo, te diré que tengo algo más que una pierna de Manacor,
pero la composición ”Octavio Gabriel”
remite a todo el mundo, sin excepción, a un culebrón venezolano. A mi me gusta
Pep Ramon, tal vez por lo de esa pierna de Manacor, pero ahí sí que debes
elegir tú. Pep, Ramon, Pep Ramon … háznoslo saber cuando te decidas. De todos
modos, si te decantas por la opción compuesta, en Manacor ibas a ganar muchos adeptos,
ya me entiendes.
¿Sabes
cuántos baleares desearíamos tener un apellido con la c trencada (ç)? Envidia te tenemos, y vas tú y lo rechazas. Rechazar
tu apellido original equivale a quemar billetes de 500, en plan Maite Areal de tiendas por Palma. Si le
doy vueltas a la cabeza tendré que esperar a mañana para encontrar otro
apellido balear que contenga la letra más representativa de nuestro pueblo,
junto con la “l” geminada. Pregunta
por ahí y verás cuántos mallorquines cambiarían su apellido por uno con c trencada. Insisto, no se me ocurre otro
que Bauçà. Y esa tilde a contraviento sobre la à, ¿no le da un toque de
rebeldía, de carisma? Eres portador de una exclusividad, como el pintor Riera Ferrari.
Nada
que decir sobre tu apellido materno. Ése lo pronuncias correctamente. La
próxima vez que nos crucemos por la calle y te grite “Pep!”, hazte paso entre la multitud de Guardia Civil y dame un abrazo. Soy tu amigo.
Octavio
Capó Truyols
Es Mascle Ros
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