A ROMA CON AMOR
Woody Allen
Empecemos por el final, sólo por esta vez. A Roma con amor no es la mejor
película de Woody Allen, ni mucho menos,
pero sí la mejor cinta de la cartelera, probablemente. Que yo recuerde siempre
ha sido así, desde Annie Hall.
Sin
soltar el hilo de Medianoche en París,
el genio de Manhattan nos entretiene
con una comedia que, de haber presentado la obra un director novel a una
productora, habría sido rechazada de pleno. Debemos agradecer, pues, que esté
ahí el señor Allen para poder asistir a los estrenos de sus pequeñas locuras.
Algún día le echaremos mucho de menos.
Alec Baldwin continúa el sueño del protagonista de la anterior
comedia de Allen, ubicada en París. En este caso, Baldwin rememora su juventud
en el barrio del Trastevere hace
ahora 30 años, pero al mismo tiempo resucita a la sombra de Bogard en Tócala otra vez, Sam. Alec Baldwuin interpreta a un personaje que
está y no está, participa en ocasiones en las conversaciones de un joven trío
compuesto por dos bellas damiselas y el creador de Facebook, pero la mayoría de las veces es obviado por los tres. Es,
sobre todo, la voz de la conciencia de Zuckerberg,
algo así como su sentido común. Probablemente sea un guiño a Fellini, pero a otros nos recuerda más
a Buñuel, y no sólo en esa parte del
film.
Penélope Cruz desilusionará a los que no la soportamos. Borda su
papel, como no podía ser de otra manera. Además, domina el idioma extranjero
mejor de lo que uno pueda esperar. Está rebuena, Jamón, Jamón. Le corresponde interponerse en medio de la pareja de
pueblerinos italianos que emigran a la capital, emulando la comedia italiana de
serie B de los sesenta y setenta, muy al estilo de las españolas. El sex simbol
italiano no tiene desperdicio y nos recuerda a Alfredo Landa. Ornella Mutti
sigue dejándonos mudos con su belleza, aunque sea sólo un instante.
La
vida monótona de Roberto Benigni es
interrumpida por una fama que detesta desde el principio, hasta que se la
extirpan. Su historia ironiza con la popularidad absurda que late en nuestros
televisores. Es la única historia de las cuatro que se nos hace un poco larga,
porque el ritmo de la película es impecable, como suele suceder cuando se trata
del autor de Desmontando a Harry (su
última gran obra maestra).
Si
se rieron en la ópera viendo Intocable,
prepárense para el numerito que les tiene preparado el maestro de Nueva York, donde pone su parte de
actor, el de siempre. Pero de esa parte no vamos a hablar. Usted tampoco lo
comente a quien no haya visto el film. Gracias, Woody, otra vez.
¡Ah! Se me olvidaba: si pueden vayan a verla en versión original al mejor cine de Palma, sobre todo si entienden el italiano.
Octavio
Capó Truyols Es Mascle Ros
Animo, Pep lluí. Sí se puede.
ResponderEliminaruna de estas revistas americanas que les encanta hacer listas de las mejores peliculas de la historia del cine ha publicado la ultima lista , en la cual la pelicula vertigo se coloca por delante de ciudadano Kane. Entre los encuestados esta Woody Allen y he aqui sus 10 mejores peliculas:( ganan las italianas)
ResponderEliminarLadri di biciclette (Ladrón de bicicletas, 1948), Vittorio De Sica
El séptimo sello (1957), Ingmar Bergman
Citizen Kane (Ciudadano Kane, 1941), Orson Welles
Amarcord (1973), Federico Fellini
8 ½ (1963), Federico Fellini
Le quatre cent coups (Los cuatrocientos golpes, 1959), Francois Truffaut
Rashomon (1950), Akira Kurosawa
La Grande Illusion (La gran ilusión, 1937), Jean Renoir
El discreto encanto de la burguesía (1972), Luis Buñuel
Paths Of Glory (Senderos de Gloria, 1957), Stanley Kubrick.
Excelente referencia, amigo anónimo. Muchas gracias por la aportación. Nos vemos en el cine.
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