DIETA MEDITERRÁNEA:
SOLUCIÓN A LA CRISIS.
No estaba tan loco: el negocio iba mal. |
No
me diga que nunca le ha ocurrido algo parecido: estar inmerso en una tarea
importante hasta que un imprevisto le paraliza. Llevaba un buen ritmo y todos
los engranajes funcionaban a las mil, pero de pronto la ecuación se interrumpe
por una incógnita que no tenía prevista. Ante una situación similar solemos
alterarnos y darle vueltas y más vueltas al asunto hasta determinar que la cosa
no tiene solución. Desistimos, nos entristecemos ante la evidencia de los
hechos y al final aceptamos una apática tranquilidad. Pasan las horas, a veces
transcurren meses o incluso años, y ya
nos hemos olvidado de la ecuación y la dichosa incógnita que lo fastidió todo.
De repente y sin buscarlo, el azar nos remite un paquete regalo, lo abrimos y
ahí está. Es la solución al dichoso problema. La reconocemos de inmediato
porque la teníamos frente a nuestras narices desde el primer momento y, lo que
es más, no conlleva dificultad alguna. Al contrario, y tal vez por ello, es de
tan fácil ejecución que la pasamos por alto en su momento. ¿Verdad que te
resulta familiar esta situación? ¿Puedo tutearte?
Y adiós a la crisis |
Pues
algo así sucedió el otro día. Hacía tiempo que la crisis había dejado de ser un
problema y se había convertido en un hecho, en una realidad, y es por ello que
le hemos pasado la pelota al tiempo para que lo solucione con su paciente
transcurrir. Pero de pronto, sin comerlo ni beberlo, apareció: la Dieta Mediterránea. Sí señor, la dieta
mediterránea de los cojones, con perdón, pero quién me lo iba a decir. Y
nosotros teniéndola en el plato a diario, frente a nuestras narices,
zampándonos lo que es “la solución”. Haré una excepción y lo explicaré con un
ejemplo personal, que a buen seguro tú podrás trasladar a tu ámbito privado.
No corras tanto |
El
sábado por la mañana llamé a Mamá
por teléfono, la hice levantar de la cama a las diez y media, pero era un
asunto importante, importante para un país en crisis: era una llamada urgente
de M a 007. “Mamá, ¿cuánto cobras de jubilación al mes y cuánto por la
viudedad? Es urgente”. “Me tomo un café y te llamo, tengo que buscar los
papeles del banco”. Mientras tanto seguí leyendo la prensa y haciendo cuentas
de lo que va a costar un entierro digno con la subida del IVA. Casualmente el resultado coincide con el anuncio de la página
siguiente: un viaje a Nueva York, 8
días, Hotel **** con desayuno, tasas y traslados incluidos. Increíble. Esperaba
impaciente la llamada de mamá. “Mamá, soy yo otra vez…”. “Apunta hijo mío,
1.625 € de jubilación más 720 € de Papá, ¿por qué quieres saberlo?” “Después te
cuento, gracias”.
En
total cobra 2.345 € mensuales que ingresa en una cuenta que tenemos en común,
por lo que pudiera pasar. Así lo decidió ella una vez que la ingresaron por una
apendicitis el año pasado, con 70 cumplidos, y creyó necesario tener una cuenta
a nombre de los dos, sobre todo pensando en lo que me pudiera pasar a mí,
puesto que ella parece convencida de una longevidad récord para una fumadora
empedernida. Sigamos con las cuentas. Servidor cobra 400 € de la famosa ayuda
más alguna comisión por alquilar un piso de vez en cuando (ya no se vende
nada); ni que decir que esto último es off
the record. Al fin y al cabo estoy a un párrafo de sacar de la crisis a una
multitud. Más cosas. No pago hipoteca ya que heredé el piso que Papá tenía en secreto y no desveló
hasta el final: “lo compré sólo para relajarme, te lo juro”. De ahí que todo el
joyero de mamá resultó ser bisutería de imitación.
Mamá |
Vuelvo
a llamar. “Mamá, ¿a ti te importaría, Deu no ho vulgui, que si te ocurriera algo, antes del entierro, te
guardara una temporadita embalsamada o en el congelador? Serían sólo un par de
años, hasta que pase lo de la crisis”. “Nada de congelador, embalsamada.
Siempre y cuando le dijeras a tu prima Lupe
que me maquillara de vez en cuando, y me sacaras a pasear, cada día”. “Pero
Mamá…” “Sí, sí, ya sé lo que estás tramando y me parece una idea excelente
siempre y cuando al final me des digna sepultura. Pretendes alquilar tu piso y
sacarle unos 500 €, sumarlos a tu ayuda y a mis pensiones, te vienes a vivir
con el cadáver de tu madre y le explicas a los allegados que he perdido la
cabeza y no te queda otra que venir a cuidar de Mamá. De este modo te acercas
al salario de Salom y tú vales mucho
más que esa sinvergüenza. Me parece una idea estupenda, hijo”. Mi madre es
cojonuda, ¿o no?
Reconozco
que el plan no lo he inventado yo. Se han dado casos excepcionales que ha
publicado la prensa. Generalmente al cónyuge que guardaba el cadáver de su
parienta en el congelador lo diagnosticaban tarado, sobre todo si el cuerpo
estaba troceado. Algunos tildaréis de locura este plan, pues yo os digo que España se llenará de locos. “¿Y qué
ocurre?, ¿por qué no se muere la gente?” “Es el triunfo de la dieta
mediterránea”, sentenciarán los expertos.
Sólo
una cosa más. No es necesario, sino más bien inconveniente, contarles el plan a
vuestros progenitores, hay gente muy susceptible ante determinadas ideas, por
muy prácticas que resulten. Mi madre se lo toma así porque, en el fondo, está
convencida de que me sobrevivirá. Yo también.
Suerte
a todos. Se admiten consultas y aceptan consejos.
Octavio
Capó Truyols Es Mascle Ros
P∏K
ResponderEliminarSerá cuestión de volver a la tradición de tener una conservadora en casa
ResponderEliminarMe estoy informando sobre técnicas de embalsamado. No resulta difícil y puede ser incluso entretenido. Lleva poco mantenimiento.
ResponderEliminarCreo que he dado con la piedra filosofal: la criogenización. El cuerpo esta supuestamente vivo cuando es introducido en una cámara para ser congelado. De esta manera encontramos un vacio legal que supuestamente no controla nuestro gobierno ( el mio no). Nada de embalsamar, viva la CRIOGENIZACION!!!!!!!!!!
ResponderEliminarI.POMAR