miércoles, 5 de septiembre de 2012







DIETA MEDITERRÁNEA: SOLUCIÓN A LA CRISIS.




No estaba tan loco: el negocio iba mal.
No me diga que nunca le ha ocurrido algo parecido: estar inmerso en una tarea importante hasta que un imprevisto le paraliza. Llevaba un buen ritmo y todos los engranajes funcionaban a las mil, pero de pronto la ecuación se interrumpe por una incógnita que no tenía prevista. Ante una situación similar solemos alterarnos y darle vueltas y más vueltas al asunto hasta determinar que la cosa no tiene solución. Desistimos, nos entristecemos ante la evidencia de los hechos y al final aceptamos una apática tranquilidad. Pasan las horas, a veces transcurren meses o  incluso años, y ya nos hemos olvidado de la ecuación y la dichosa incógnita que lo fastidió todo. De repente y sin buscarlo, el azar nos remite un paquete regalo, lo abrimos y ahí está. Es la solución al dichoso problema. La reconocemos de inmediato porque la teníamos frente a nuestras narices desde el primer momento y, lo que es más, no conlleva dificultad alguna. Al contrario, y tal vez por ello, es de tan fácil ejecución que la pasamos por alto en su momento. ¿Verdad que te resulta familiar esta situación? ¿Puedo tutearte?

Y adiós a la crisis
Pues algo así sucedió el otro día. Hacía tiempo que la crisis había dejado de ser un problema y se había convertido en un hecho, en una realidad, y es por ello que le hemos pasado la pelota al tiempo para que lo solucione con su paciente transcurrir. Pero de pronto, sin comerlo ni beberlo, apareció: la Dieta Mediterránea. Sí señor, la dieta mediterránea de los cojones, con perdón, pero quién me lo iba a decir. Y nosotros teniéndola en el plato a diario, frente a nuestras narices, zampándonos lo que es “la solución”. Haré una excepción y lo explicaré con un ejemplo personal, que a buen seguro tú podrás trasladar a tu ámbito privado.

No corras tanto
El sábado por la mañana llamé a Mamá por teléfono, la hice levantar de la cama a las diez y media, pero era un asunto importante, importante para un país en crisis: era una llamada urgente de M a 007. “Mamá, ¿cuánto cobras de jubilación al mes y cuánto por la viudedad? Es urgente”. “Me tomo un café y te llamo, tengo que buscar los papeles del banco”. Mientras tanto seguí leyendo la prensa y haciendo cuentas de lo que va a costar un entierro digno con la subida del IVA. Casualmente el resultado coincide con el anuncio de la página siguiente: un viaje a Nueva York, 8 días, Hotel **** con desayuno, tasas y traslados incluidos. Increíble. Esperaba impaciente la llamada de mamá. “Mamá, soy yo otra vez…”. “Apunta hijo mío, 1.625 € de jubilación más 720 € de Papá, ¿por qué quieres saberlo?” “Después te cuento, gracias”.

En total cobra 2.345 € mensuales que ingresa en una cuenta que tenemos en común, por lo que pudiera pasar. Así lo decidió ella una vez que la ingresaron por una apendicitis el año pasado, con 70 cumplidos, y creyó necesario tener una cuenta a nombre de los dos, sobre todo pensando en lo que me pudiera pasar a mí, puesto que ella parece convencida de una longevidad récord para una fumadora empedernida. Sigamos con las cuentas. Servidor cobra 400 € de la famosa ayuda más alguna comisión por alquilar un piso de vez en cuando (ya no se vende nada); ni que decir que esto último es off the record. Al fin y al cabo estoy a un párrafo de sacar de la crisis a una multitud. Más cosas. No pago hipoteca ya que heredé el piso que Papá tenía en secreto y no desveló hasta el final: “lo compré sólo para relajarme, te lo juro”. De ahí que todo el joyero de mamá resultó ser bisutería de imitación.

Mamá 
Vuelvo a llamar. “Mamá, ¿a ti te importaría, Deu no ho vulgui, que si te ocurriera algo, antes del entierro, te guardara una temporadita embalsamada o en el congelador? Serían sólo un par de años, hasta que pase lo de la crisis”. “Nada de congelador, embalsamada. Siempre y cuando le dijeras a tu prima Lupe que me maquillara de vez en cuando, y me sacaras a pasear, cada día”. “Pero Mamá…” “Sí, sí, ya sé lo que estás tramando y me parece una idea excelente siempre y cuando al final me des digna sepultura. Pretendes alquilar tu piso y sacarle unos 500 €, sumarlos a tu ayuda y a mis pensiones, te vienes a vivir con el cadáver de tu madre y le explicas a los allegados que he perdido la cabeza y no te queda otra que venir a cuidar de Mamá. De este modo te acercas al salario de Salom y tú vales mucho más que esa sinvergüenza. Me parece una idea estupenda, hijo”. Mi madre es cojonuda, ¿o no?

Reconozco que el plan no lo he inventado yo. Se han dado casos excepcionales que ha publicado la prensa. Generalmente al cónyuge que guardaba el cadáver de su parienta en el congelador lo diagnosticaban tarado, sobre todo si el cuerpo estaba troceado. Algunos tildaréis de locura este plan, pues yo os digo que España se llenará de locos. “¿Y qué ocurre?, ¿por qué no se muere la gente?” “Es el triunfo de la dieta mediterránea”, sentenciarán los expertos.

Sólo una cosa más. No es necesario, sino más bien inconveniente, contarles el plan a vuestros progenitores, hay gente muy susceptible ante determinadas ideas, por muy prácticas que resulten. Mi madre se lo toma así porque, en el fondo, está convencida de que me sobrevivirá. Yo también.

Suerte a todos. Se admiten consultas y aceptan consejos.




Octavio Capó Truyols                                       Es Mascle Ros

4 comentarios:

  1. Será cuestión de volver a la tradición de tener una conservadora en casa

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  2. Me estoy informando sobre técnicas de embalsamado. No resulta difícil y puede ser incluso entretenido. Lleva poco mantenimiento.

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  3. Creo que he dado con la piedra filosofal: la criogenización. El cuerpo esta supuestamente vivo cuando es introducido en una cámara para ser congelado. De esta manera encontramos un vacio legal que supuestamente no controla nuestro gobierno ( el mio no). Nada de embalsamar, viva la CRIOGENIZACION!!!!!!!!!!
    I.POMAR

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