viernes, 9 de marzo de 2012


PAREJAS DE INTERCAMBIO COMO DESAHOGO


         Diciembre de 2011 fue un mes difícil para muchos padres de familia: algunos tuvieron que confesar a sus incrédulos polluelos, prematuramente, la irrealidad de los magos de oriente y Papa Noel, ante la imposibilidad de afrontar el coste económico de la arraigada ilusión infantil navideña. También lo pasó mal Galerías Preciados. Sin embargo, no todo fue incienso y mirra, puesto que los bancos amanecieron un buen día con oro corriendo por sus venas. Antes de año nuevo, y con el título de medida anti-crisis, el Banco Central Europeo repartía 489.000 millones de € entre los bancos del continente que remitieran la pertinente carta navideña, a un interés del 1% pagadero a 3 años, a cambio de la promesa de transformar dicha inyección de capital en créditos para sus apurados clientes, compromiso que los expertos advirtieron previamente que sería tomada a pitorreo por los bancos, promesa incumplida. Pero el verdadero regalo del BCE no consistió en prestar la cantidad millonaria a los bancos millonarios, sino en algo que ni el ciudadano de a pie ni el de a moto jamás verán envuelto en un paquete a la sombra de su tannembaun por muy bien que se porten: un crédito a un interés del 1% y pagadero a 3 años.

          Los expertos se apoyaban en que, ya en 2009, los bancos recibieron 444.000 millones de € del BCE bajo la misma promesa y que por supuesto no se cumplió. Nosotros, los no expertos, nos apoyamos en que hace mucho tiempo que no creemos que un banco vaya a cumplir nada que no sea un contrato firmado y refirmado, y aun así… Tan solo cabe resaltar una excepción: Florentino Pérez recibió un préstamo bancario de 94 millones de € para abonar el traspaso de un futbolista en plena crisis económica y con un crecimiento galopante del desempleo. 94 millones es la cantidad que se necesita para, por poner un ejemplo, crear una empresa con 2.000 trabajadores y pagar su salario durante 4 años, o al menos eso es lo que les explicaba Don Florentino a sus nietos durante la cena de Nochebuena.

          El 29 de febrero, hace sólo una semana, a pesar del reiterado incumplimiento de la promesa de hacer fluir  las inyecciones en forma de créditos, el BCE premia a los bancos europeos con otra vacuna de 777.000 (y subiendo) millones. Y ahora llega el interrogante, ¿adónde va a parar ese billón y medio de € (no calculen en pesetas que se me desmayan)? Pues bien, al menos el 90% del capital prestado va a parar al propio BCE en forma de depósitos remunerados con un 0’25% de interés, lo que equivale a decirle a la cara a todo el pueblo europeo “imbécil, idiota, por que eres un retrasado mental y hago contigo lo que me da la gana”. Tal cual. Llegado este punto, los inteligentísimos expertos se apresuran a decir “esto es el conocido efecto boomerang”.

          Mientras tanto nos cansamos de leer en los periódicos que centenares de empresas locales, antes saneadas, van acumulando impagos de las administraciones públicas y en consecuencia despidiendo empleados o incluso cerrando el negocio amén de endeudarse con la seguridad social. Todos sabemos que inyectar el dinero del BCE  a las administraciones públicas (Govern, ajuntaments, Consell) hubiera tenido consecuencias catastróficas, como urbanizar Cabrera o crear una ópera flotante antes que ponerse al día de pagos. En cambio, lo que resulta difícil de calcular (por la inmensa cantidad) es el número de empleos salvados y de empresas que hubieran capeado la crisis si éstas hubieran recibido un préstamo del BCE a tres años y al 1 % de interés anual; seguramente más de uno hubiéramos exclamado “¡por fin se entiende lo de Europa!” Resulta triste exponer una actuación positiva y perfectamente realizable y que uno mismo acabe tildándola de utópica.

          Napoleón dijo que 5 hombres unidos pueden con una multitud de 50.000 desligados, hoy los banqueros demuestran que tenía mucha razón. Desde Es Mascle Ros nos vemos obligados a promover el boicot a una banca que se ha apoderado de la democracia, animando a todos a sacar nuestros depósitos y nóminas de las entidades con un fin más que justo: proponerle un pulso a quien tiene sus manos apretando nuestras gargantas. No le deis muchas vueltas a cómo solucionar el cobro de nóminas y la domiciliación de pagos, bastaría con crear una entidad local sin ánimo de lucro (ya sé en quién estáis pensando y no tengo intención de escribir su nombre) formada por algunos de los empleados de banca que se han ido a la calle. Ni un duro más en el banco hasta que éstos se comprometan con una serie de normas que publicaremos en una lista bien elaborada (se admiten sugerencias). Llevan tanto tiempo con la sartén por el mango que ya se ha chamuscado la tortilla. No hay quien se la coma.


P.D: dos funcionarios de aproximadamente 1'95 metros de estatura resultaron gratamente sorprendidos por el trato que recibieron en un club de intercambio de no sé qué.

Octavio Capó Truyols                                                    Es Mascle Ros

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