lunes, 27 de agosto de 2012






LA CRISIS ACABA CON E.T.A.

Si E.T.A. quiere emitir un comunicado debería repartir octavillas, y no tener a toda la prensa a sus pies.



Lo último que deseaba E.T.A. es que el País Vasco lograra por fin su independencia del estado español, ya que tal circunstancia anularía el pretexto para seguir funcionando como banda terrorista. Del mismo modo que la manifestación divina en forma humana acabaría con el judaísmo, cuyo principal sustento consiste en asegurar que Dios todavía no ha hecho acto de presencia física, pero que en esas estamos.

E.T.A. no es una organización política anticonstitucional, sino una banda armada organizada que utiliza un pretexto político (que en absoluto le importa) para extorsionar al pueblo vasco, sobre todo al sector empresarial, con el único fin de subsistir como negocio. La iglesia católica, y probablemente la totalidad de las restantes, se dedican también a la extorsión, con estos medios y con otros, como la amenaza del castigo eterno. La amenaza es un eje común de tales instituciones, el dinero y el poder son también objetivos afines.

El perfil rasgado para la vista lo dice todo:¿A que doy miedo?
Este último, el poder, resulta de suma importancia de cara al individuo y con independencia de la pandilla u orden a que pertenezca. El poder consiste en la capacidad de infligir dolor, causar mal o daño al prójimo. Tener el poder significa por si solo ser dueño de un arma potencialmente dañina, como pueda ser la de dar una orden que será obedecida sin rechistar. Uno puede, por ejemplo, tener el poder y estar preparado para no ejecutarlo hasta verse en medio de una situación de peligro extrema. Es el caso del ideal de gobernante según Platón, quien además exigía como requisito que el candidato manifestara un sincero rechazo a ejercer el mandato. Las artes marciales orientales enseñan a adquirir un poder que no debe ser ejecutado, lo que requiere una fuerte disciplina y la aniquilación del ego. (En algunos barrios de Palma, cada vez más, se dan muestras de esta falta de disciplina)

Ejecutar el poder, como es el caso de los adolescentes que tratan de acercarse a E.T.A., en su mayoría procedentes de barrios marginales, persigue encontrar en la sociedad, en su pequeño alrededor, una cosa que a menudo se confunde con el respeto y que se llama “miedo”. No sabemos hasta donde puede llegar el ser humano cuando se trata de nutrir un ego famélico, pero tenemos de sobra innumerables ejemplos estremecedores.

El gobierno no ha puesto fin a E.T.A. De haber sido así, los integrantes de la banda hubieran hecho entrega de las armas a cara descubierta y se habría puesto en manos de la justicia sin mediar negociación alguna. Inmediatamente después, el País Vasco adquiriría un trato fiscal afín al resto de comunidades autónomas. Ha sido la crisis, sólo eso. La policía española podría haber puesto fin a E.T.A., pero siempre se le ha interpuesto el gobierno. Todo aquello que aporte victimismo hoy y triunfalismo mañana favorece a un ejecutivo cuyo proceder exige mantener a la opinión pública en un permanente sopor. Pero la perdurabilidad de E.T.A. no es acuñable tan solo al gobierno. El mayor responsable de la longevidad de la pandilla armada ha sido la prensa española.

Cada vez que los periódicos sacaban en primera página un atentado de la pandilla en cuestión no hacían sino alentar el siguiente asesinato. El reportaje central, con fotografías del Guardia Civil asesinado y de los restos de sangre impregnando el suelo, el testimonio de los testigos, dónde fue robado el coche con el que huyeron los asesinos y el consiguiente descubrimiento de un piso franco abandonado constituyen la munición con que se perpetrará el próximo atentado. ¿Qué hubiera ocurrido si después de una masacre la policía realizara las pesquisas necesarias pero la prensa no hiciera eco alguno de la noticia, no emitiera siquiera un mínimo comunicado en una miserable esquina? Nunca lo sabremos, pero sí sabemos que esto no sería lo que esperaba E.T.A. de su aliada ciega (?). Cada vez que la pandilla convoca una rueda de prensa tiene inmediatamente a todas las emisoras a sus pies. Si E.T.A. quiere emitir un comunicado debería tirar de fotocopiadora y repartir octavillas.

¿Qué hace aquí esta foto?
De igual modo que unos adolescentes que la víspera hicieron una gamberrada, y al día siguiente abren el periódico local esperando leer lo que “unos gamberros le hicieron a la estatua del patrón del pueblo”, Anders Brehivic no hubiera soportado no ver su fotografía, puño en alto, en todas las portadas del mundo. Que lo ningunearan después de semejante barbarie le hubiese roto todos los esquemas, al igual que al resto de Anders Brehivics que ahora saben que, si algún día se deciden a dar el paso, al menos su ego se verá generosamente recompensado.


¡Ah! Se me olvidaba: “Heu passat un bon estiu? Ha fet calor al Regne de Mallorca? Encara convidam al rei d’Espanya a passar ses vacances a Can Saridakis? Estic molt content d’haver tornat i esper que voltros també”.


Octavio Capó Truyols                                        Es Mascle Ros

3 comentarios:

  1. Benvingut Octavio, ja trobava a faltar es teus articles.

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  2. per cert, ja es poden escriure comentaris amb s'Ipad...

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  3. Gràcies Anónimo. Has provat d'escriure cap comentari amb s'Ipad?. Si no pots ho arreglaré aquesta setmana.

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