SANT AGUSTÍ 2011.
FELANITX
Toda la verdad sobre los hechos
acontecidos en la polémica fiesta popular, un año después.
"¡Por Dios! ¿A eso le llaman una fiesta? ¡Bárbaros!" |
Cuando
estamos invitados a una fiesta, salvo que nos adviertan de que hay que asistir
disfrazados o de blanco inmaculado, a algunas solo nos cabe imaginar un tranquilo y
desahogado evento donde, mientras ellos comentan sus bravatas cuando no están agachados
en el aseo, nosotras sostenemos un Martini
coctail con la misma mano que soporta el oro de un Cartier y medio quilate en el dedo meñique, al tiempo
que aprovechamos el evento para lucir un vestidito por el cual arrojamos en su
día unos cuantos de “quinientos” sobre el mostrador de la tienda. “Ni se te
ocurra hacerme una factura, bonita”. Esto es para nosotras una fiesta y así
debiera ser siempre.
Las autoridades recomiendan hidratarse en verano |
Un
jaleo es otra cosa, exactamente lo que aconteció hace un año en Felanitx durante las fiestas de Sant Agustí y que tantos mal entendidos
ha degenerado. En un jaleo los asistentes se zarandean, se abrazan y se besan
entre desconocidos, a alguno se le va la mano y, naturalmente, algunas nos
mojamos. Es un hecho de lo más natural, digan lo que digan las hermanas de Madre Alberta. La dispersión de
líquidos por parte de los asistentes populares fue, precisamente, lo que causó
estupor entre las autoridades políticas que asistieron al jaleo. Antes de
continuar, y para tranquilizar a las mojadas, debo aclarar que, según he
comprobado tras examinar todas las fotografías del evento publicadas en prensa,
puedo confirmar que todos los asistentes llevaban puestos los pantalones y
abrochadas sus cremalleras. Entre los posibles líquidos, pues, no había nada de
aquello.
Nuria Riera, directora general de Función Pública (¿alguien puede aclararme qué es eso?), denunció
haber sufrido mojaduras de tercer grado en un 10% de su cuerpo, que por lo
visto todavía no se le han secado. Al ser examinada por el forense, la
directora Riera, se negó a mostrar ese 10% de su cuerpo con mojaduras, aunque
ella insistió en que iba “hecha un desastre”. Como mujer, y en solidaridad con
la mojada, debo aclarar que el 10% de mi cuerpo coincide con el espacio que cubren mis braguitas y una parte del interior de los muslos; el no querer
“mostrarse” ante el forense hace pensar que esta fuera, con toda probabilidad,
la zona afectada. Al no estar acostumbrada a este tipo de celebraciones
populares, el zarandeo y roce que sólo conocen algunas en la intimidad conyugal,
puede dejarle a una totalmente
trastocada (nunca mejor dicho), descolocada, desorientada. Ya se te pasará.
Hoy
declara Miguel Company, conseller de
Agricultura y Medio Ambiente, que si
bien conoce de riegos nada sabe, al parecer, de camisetas mojadas. Esto último,
la camiseta mojada del señor Company, será la ocupación de gran parte de la
jornada laboral de, por lo menos, un magistrado en los despachos de justicia en
el día de hoy.
Por
lo que se refiere al pueblo de Felanitx, tan solo vemos rostros consternados
por un malentendido que sobrepasa lo kafkiano. “Era nuestra manera de
invitarlos a la fiesta”. “No hicimos más que lo que hacemos entre nosotros,
unos achuchones y punto”.”Hacía mucho calor y les refrescamos, todos nos
refrescamos y en lugar de eso va una y se calienta”. Son declaraciones, entre
sollozos, de algunos participantes locales.
Cabe
mencionar, por último, que el letrado Josep
de Luis va a cobrar una minuta por todo este asunto. Vale muy mucho la pena
eso de la abogacía.
Sofía
Mejuto Picó
Es Mascle Ros